Cada encuentro sexual debe incluir un sencillo producto: lubricante. Hoy voy a explicar cómo puedes usarlo para mejorar tu vida sexual.
No sólo incrementa las sensaciones, sino que también mejora la experiencia de ambos haciendo que el sexo sea más húmedo, más deslizante, más agradable y más duradero.
No sólo te ayudará a sentirte más cómodo y flexible, sino que probarlo de diferentes sabores, sensaciones y texturas hará que vivas una experiencia diferente cada vez.
Incluso si no sueles tener problemas de lubricación, siempre es una buena idea tener un lubricante a mano en caso de que pases por un período de sequedad debido a cambios hormonales relacionados con el embarazo, la lactancia o el estrés.
Pero si no estás seguro de cómo aplicarlo o incorporarlo a tu vida íntima, aquí tienes una guía para usarlo correctamente.
Generalmente, los productos estándar que suele haber en las farmacias o supermercados están repletos de glicerina, un ingrediente que aporta deslizamiento.
Sin embargo, aunque la marca afirme que el producto es "seguro para el cuerpo", la glicerina incrementa las probabilidades de sufrir una infección por levaduras, si eres propensa a ellas.
Asimismo, también deberías evitar los productos con parabenos , pues este conservante aumenta el riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana, y aunque parezca mentira, hay muchas fórmulas que los incorporan.
Además, también te recomiendo que evites los lubricantes que contengan azúcar (glicol), ya que al igual que los anteriores, es más probable tener una infección por levaduras.
En su lugar, si quieres un lubricante con sabor, opta por las opciones endulzantes seguras para el cuerpo, como el aspartamo o la stevia.
El tipo más común es de base acuosa: es muy similar a la lubricación natural del cuerpo, se limpia fácilmente y viene en diferentes texturas y sabores.
Se puede usar con cualquier juguete sexual y con cualquier tipo de condón. Es seguro y se utiliza tanto interna como externamente.
Pero tiene un inconveniente: se seca más rápidamente que otros tipos.
Por suerte, hay algunas opciones acuosas que tienen una textura más espesa, y duran más tiempo.
Si buscas un lubricante duradero, los de silicona son una gran elección. Se pueden usar para todo, pero son geniales para el sexo anal.
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La silicona es una molécula que permanece durante más tiempo en la superficie de la piel, tarda más en absorberse o evaporarse y esto ofrece un mayor deslizamiento.
Es cierto que este ingrediente mancha más la ropa y las sábanas, pero se puede lavar fácilmente con un jabón suave.
Es totalmente seguro para usarlo dentro del cuerpo, pero tiene una desventaja: no se debe usar con juguetes sexuales de silicona.
Esto es debido a que la silicona líquida daña las superficies de silicona, comprometiendo su propiedad no porosa.
Sin embargo, hay lubricantes híbridos que son fórmulas de silicona diluida en agua, que pueden ser usados en cualquier material.
Los lubricantes con base de aceite son otra opción, pero personalmente no los suelo recomendar, a menos que habitualmente no uses protección o vayas a practicar sexo anal.
Esto es debido a que los aceites dañan los preservativos y juguetes sexuales.
Por otra parte, permanece dentro del cuerpo (el canal vaginal en concreto) durante mucho tiempo. Y si los aceites que se usan no son naturales, pueden causar irritación en algunos casos.
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Si te gusta la textura del aceite, solo tienes que ponerte un lubricante de silicona. La sensación es muy similar, pero es seguro para el cuerpo y el condón.
Si quieres probar el sexo anal por primera vez, o quieres hacer un "garganta profunda", quizás estés tentado a adquirir un producto que pueda hacerte sentir menos dolor.
Pero debes saber que ambas prácticas no deberían de doler, si se hacen bien.
El dolor es la forma natural del cuerpo de decirte que vayas más despacio o que dejes de hacer lo que estás haciendo, y si tu orificio está adormecido, puedes terminar lesionando o dañando algo.
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Conseguirás tener una experiencia placentera y no dolorosa relajando el esfínter y la garganta, con preliminares, mucho lubricante y manteniendo abierta la comunicación con tu pareja.
Andar a tientas en el calor del momento para echar un chorro de lubricante puede ser una locura, especialmente si no estás seguro de dónde echarlo, exactamente.
Como regla general, pon una cucharada en la superficie A (pene, dedos, dildo, plug, etc.) y una cucharada en la superficie B (ano, vagina, etc.).
También es útil extender un poco sobre los labios de la vagina, porque si la abertura vaginal está lubricada pero los labios externos están secos, pueden actuar como una especie de bloqueador, impidiendo que las cosas funcionen y haciendo que el comienzo del sexo sea bastante incómodo.
En el peor de los casos, tendrás que limpiarte un poco más si te excedes en la aplicación.
No hay persona que no necesite lubricante de vez en cuando. Tu cuerpo no está de ninguna manera "roto" y no hay nada "malo" en ti si usas lubricante.
El lubricante no es solo para la gente postmenopáusica o para el sexo anal: Es ideal para cualquier actividad.
Todos tenemos nuestros días "secos" y, seamos honestos, la saliva es un lubricante realmente ineficaz.
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Si has evitado el lubricante en tu vida sexual hasta ahora, te reto a que te compres uno, lo pruebes la próxima vez que juegues, y comprueba si no es genial.
Ni siquiera tienes que guardarlo para el sexo en pareja. Usa un poco la próxima vez que te masturbes y nota la diferencia.
Empieza con los juegos preliminares. Haz que tu pareja se cubra los dedos con un poco de lubricante tibio, y que los frote sobre tus pezones, y luego baje hasta tu vientre y tu vulva.
Asimismo, puedes ponerle un lubricante suave en el pene de tu pareja antes de poner el condón.
Existe la posibilidad de que el condón se deslice un poco, pero aún así es algo que recomiendo porque se siente mucho mejor.
Un lubricante no sólo intensifica las sensaciones, sino que puede protegerte de una infección e incluso de un embarazo no deseado.
Reduce la fricción de los condones, haciéndolos menos propensos a romperse, y reduce los desgarros microscópicos a través de los cuales los patógenos de las ETS podrían entrar en el cuerpo.
Ya sea que tu pareja esté lejos y necesites alivio, o que el amor propio sea tu forma preferida de autocuidado, recuerda utilizar lubricante durante la masturbación.
Reduce la fricción de tu mano o juguete sexual contra la piel sensible de tu pene, clítoris, vagina o ano, para que puedas estimular suavemente estas áreas ricas en terminaciones nerviosas.
Es decir, experimentarás un placer más profundo y tendrás unos orgasmos más intensos.
Ahora que ya sabes cómo usarlo, no hay razón para no usar un lubricante.